¿Qué significa la victoria de Donald Trump para la industria biotecnológica?

Daniel Domínguez Gómez

November 11, 2016

Original opinion article published in LinkedIn Pulse

Algunos expertos consideran que la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos podría resultar positiva para el sector farmacéutico/biotecnológico, en especial al considerar que el partido Republicano mantendrá el control de ambas cámaras. No obstante, esto no parece suficiente para pensar que la industria biotecnológica tendrá el camino libre durante los próximos 4 años. 

En septiembre de 2015 la compañía Turing Pharmaceuticals, dirigida por Martin Shkreli, desató una enorme polémica al elevar en 5000% el precio por dosis de Daraprim, un medicamento con más de 60 años en el mercado, utilizado contra la toxoplasmosis y por pacientes de VIH. De la noche a la mañana el precio del medicamento pasó de US$ 13.50 a US$ 750; generando descontento entre los pacientes y propiciando fuertes críticas a la industria farmacéutica y biotecnológica.

En medio de la polémica, Hillary Clinton se comprometió a tomar acción y a establecer controles más estrictos sobre el precio de los medicamentos especializados. 

Un simple tweet generó inestabilidad e incertidumbre en la industria biotecnológica, ante una posible victoria de la candidata demócrata y el consecuente establecimiento de restricciones regulatorias, lo que pondría en entredicho el retorno de las inversiones en el desarrollo de nuevas moléculas; afectando el interés de los inversionistas por proyectos de alto riesgo. En cuestión de horas, el Índice de Biotecnología de NASDAQ, compuesto por 144 miembros, registró una caída de 4.7 % y siguió cayendo hasta alcanzar un declive del 27 % durante el último año.

Un año después, el sector biotecnológico mostró alivio con la victoria del Republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de E.E.U.U; Horas después del anuncio, el mencionado índice tuvo una ganancia de 8.9%, su mayor recuperación en los últimos meses.

Esta reacción del mercado puede deberse más a la derrota de Clinton que al triunfo de Trump, pues el Republicano no hizo referencia alguna a la biotecnología durante su campaña. Esto nos lleva a preguntarnos:

¿Qué significa la victoria de Donald Trump para la industria biotecnológica?

La respuesta es simple y muy similar a lo que se espera para otros sectores: Incertidumbre.

Las decisiones del gobierno de Trump incidirán directamente sobre el futuro de la industria biotecnológica global, al ser Estados Unidos el líder mundial y su principal motor; dentro de sus fronteras, surge gran parte de la innovación en el sector, se concentra la mayoría de las inversiones en nuevos desarrollos y se encuentra el mercado más importante para la industria farmacéutica y agrobiotecnológica.

Para comprender las implicaciones que tendrá la victoria del polémico magnate sobre la industria, debemos hacer un análisis de su campaña y de las posibles políticas que adopte en 5 aspectos: comercio internacional, migración, agroindustria, salud y ciencia y tecnología.

1.     Políticas en comercio internacional

Durante su campaña, el republicano ha prometido renegociar e incluso disolver acuerdos internacionales de comercio como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) o el Acuerdo Trans-Pacífico de Cooperación Económica (TPP). Esto podría llevar a la generación de un ambiente hostil, con nuevas barreras arancelarias y obstáculos para la exportación hacia Estados Unidos, lo que indudablemente afectaría a empresas biotecnológicas europeas y asiáticas que tienen en Estados Unidos su principal mercado, así como a empresas estadounidenses exportadoras.

Como señala Evelyn Warnes, esto será particularmente sensible para las compañías europeas, pues la sorpresiva victoria de Trump se suma a la incertidumbre generada por el Brexit entorno al comercio entre la Unión Europea y el Reino Unido . 

En este sentido, se espera que los grandes empresarios en los sectores agrícola y farmacéutico defiendan sus intereses ante cualquier renegociación de tratados que decida impulsar el gobierno de Trump, por lo que resulta poco probable la adopción de políticas drásticas en los primeros años de su administración, no obstante, la industria debe estar preparada para enfrentar nuevas barreras al comercio con Estados Unidos. 

México se enfrentará a una situación particular, pues depende en gran medida de la importación de productos biotecnológicos (en todas las áreas) desde Estados Unidos. Una política proteccionista y un eventual endurecimiento de las condiciones del TLCAN podrían generar un incremento en los precios de los productos de importación, especialmente fármacos y alimentos; afectando directamente la economía de los habitantes y la estabilidad del sector salud.

En 2015, México importó 11.9 millones de toneladas de maíz, base de su alimentación,desde su vecino del norte; cerca de un tercio del consumo local de maíz y equivalente a un gasto de US$ 2,085 millones. Si a esto se suma la depreciación del peso frente al dólar observada en los últimos meses y la moratoria impuesta por el gobierno para la adopción de Organismos Genéticamente Modificados que permitiría incrementar los rendimientos del maíz mexicano, es probable que México enfrente un severo problema de soberanía alimentaria en los próximos años. 

Por otro lado, una porción importante de los biofármacos consumidos en México en sectores público y privado proceden de E.E.U.U., en 2015 las importaciones de productos farmacéuticos ascendieron a US$ 4,804 millones acorde al Banco de México, por lo que un incremento de precios podría agravar la crisis de compra de medicamentos en el sector salud.

Considerando esta situación, resulta primordial que el gobierno y la iniciativa privada mexicana tomen medidas inmediatas para potenciar el crecimiento de la industria a través de innovación y tecnología. 

2.     Políticas migratorias

La migración fue uno de los temas torales y de mayor polémica en la campaña de Trump. A pesar del ferviente discurso nacionalista del republicano, es un hecho que Estados Unidos se ha beneficiado notoriamente de la aportación de los migrantes en las industrias tecnológicas.  

Si el gobierno de Trump impone políticas migratorias más estrictas, es altamente probable que el número de estudiantes de posgrado y profesionistas especializados extranjeros residiendo en E.E.U.U. se vea reducido de manera dramática, situación que afectaría significativamente a una industria biotecnológica estadounidense con un intensivo requerimiento de recursos humanos altamente capacitados. Acorde a un análisis de Vivek Wadhwa, 20.1 % de las compañías de ciencias biológicas en Estados Unidos han sido fundadas por inmigrantes.

Además, es necesario mencionar el efecto negativo que esto tendría en el sector academia/investigación que se nutre de la “ganancia de cerebros” extranjeros provenientes principalmente de Asia, Latinoamérica y Europa.

Por otro lado, el sector agrícola también se vería afectado en el hipotético caso de una deportación masiva de la fuerza laboral migrante que juega un rol fundamental para el campo estadounidense.

México será sin duda uno de los mayores afectados por las políticas migratorias del gobierno de Trump, especialmente si hace válidas sus promesas de deportar a los 11 millones de migrantes indocumentados y construir un muro en la frontera sur. En el caso específico de la biotecnología, el efecto negativo se observaría en un menor número de mexicanos formados en universidades de prestigio estadounidenses y en la consecuente disminución de colaboraciones científicas/académicas entre ambos países, aunque también representa una oportunidad para disminuir la “Fuga de Cerebros” y capitalizar un posible regreso del talento mexicano en temas de investigación y generación de empresas biotecnológicas con la adopción de políticas pertinentes. 

3.     Políticas agrícolas

Donald Trump no presentó una sola iniciativa concreta en el sector agrícola durante su campaño, por lo que se desconoce el rumbo que tomará su gobierno respecto a la biotecnología agrícola. Diversos analistas consideran poco probable que el gobierno republicano proponga mayores obstáculos regulatorios para los OGM en términos de etiquetado y aprobación de nuevos eventos, pues el presidente electo se ha mostrado a favor de una agricultura libre. 

Por el momento, la única señal que ha dado en temas agrícolas es el anuncio de un panel de 65 asesores especialistas en agricultura, entre los que destacan importantes empresarios y legisladores que se han mostrado a favor de la agrobiotecnología, aunque también incluye a líderes de opinión en agricultura orgánica y en alimentos saludables, sectores que han mostrado oposición a los OGM a pesar del consenso científico. 

Aunque el panorama presentado por expertos en el tema parece positivo, la persistente actitud anticientífica de Trump genera cierta preocupación en el medio, pues a principios de su campaña publicó un tweet en referencia al liderazgo de su rival Ben Carson en Iowa preguntándose si “Demasiado Monsanto en el maíz genera problemas en el cerebro”. 

Los demócratas jugarán un papel importante en el tema, en especial por un posible surgimiento de Bernie Sanders como líder de la oposición, uno de los principales detractores de la agrobiotecnología en E.E.U.U.

4.     Políticas en el sector salud

La única propuesta visible del presidente electo en temas de salud es la derogación del Obamacare y su sustitución por otro programa del cual no se conocen detalles. Especialistas estiman que los republicanos no impulsaran políticas contrarias a los intereses de la industria farmacéutica/biotecnológica en términos de control de precios o barreras regulatorias. 

Si bien la oposición puede generar gran presión en el tema de salud, es poco probable que en los primeros años la discusión se enfoque en temas ajenos a la Affordable Care Act, uno de los grandes pilares del gobierno de Barack Obama, a menos que se presenten nuevos abusos como el mencionado caso de Turing y Daraprim. Es por ello que los inversionistas en el sector pueden estar tranquilos, todo parece indicar que Donald Trump no intentará matar a la "Gallina de los Huevos de Oro". 

Por otro lado, dentro de los rumores sobre la posible conformación del gabinete presidencial, ha tomado fuerza el nombre de Ben Carson como posible Secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS). El Dr. Carson es un reconocido neurocirujano retirado y contendiente durante las primeras etapas de las elecciones internas para elegir al candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos. Su nombramiento podría parecer apropiado, no obstante, Carson ha mostrado públicamente su posición antivacunas y anticiencia, lo que puede representar una amenaza para ciertos sectores de la industria y para la salud de los pobladores.

5.     Inversión en desarrollo tecnológico y La actitud de Trump hacia la ciencia

Es en este punto donde yacen las mayores preocupaciones sobre el gobierno de Trump. Algunos líderes de opinión consideran a Donald Trump como el “Presidente más anticientífico de la historia”, y puede que tengan razón.

Esta actitud anticientífica del nuevo presidente se acentúa por la posición creacionista y antievolucionista de un numeroso sector del partido republicano, representado fuertemente en la nueva administración por el Vicepresidente electo Mike Pence, quien en diversas ocasiones se ha mostrado contrario al consenso científico en cambio climático y ha criticado al gobierno de Obama por su apoyo a investigaciones con células troncales embrionarias. 

La inversión en investigación científica ha sido un pilar fundamental para el desarrollo económico de E.E.U.U., la candidata demócrata Hillary Clinton incluyó dentro de sus propuestas un ambicioso plan para incrementar el financiamiento de actividades científicas y de educación en temas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM). Sin embargo, la campaña de Trump no parece tener interés en fortalecer esta área, incluso algunos analistas creen que un eventual recorte en impuestos afectaría directamente el presupuesto dedicado a ciencia y tecnología. 

El área científica que recibirá un mayor impacto es la investigación en cambio climático y en energías alternativas. El panorama es altamente preocupante, pues Trump ha propuesto la desaparición de la Agencia para la Protección al Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés) y ha declarado que no cree en el cambio climático, pues se trata de un invento de China para debilitar a la industria de otros países. 

En septiembre de este año, un grupo de 375 científicos firmaron una carta abierta a la sociedad estadounidense expresando su preocupación sobre la posición de Trump ante el cambio climático, pues el neoyorquino ha declarado su intención de retirar el apoyo de E.E.U.U. al Acuerdo de París. En este sentido, parece imposible que la investigación en biocombustibles y biotecnología ambiental reciba un impulso desde el gobierno federal.

En el área de ciencias de la vida, las investigaciones en células madre, edición génica en humanos, clonación y terapia génica pueden verse afectadas por la animadversión de los republicanos hacia estos temas por cuestiones religiosas. Además, en varias ocasiones Trump ha declarado públicamente su preocupación por la relación entre vacunas y autismo, un mito que ha sido ampliamente refutado por el ámbito científico. 

La preocupación de científicos y académicos por el futuro de la ciencia durante el gobierno de Trump recae en la profunda y absoluta ignorancia del magnate en temas científicos y tecnológicos, así como en su “falta de respeto por la ciencia” según describe la editorial de septiembre de Scientific American.

La administración de Obama fue notoriamente activa en ciencia y tecnología, no obstante, es altamente probable que esta nueva administración no considere esta área como una de sus prioridades; implicando un estancamiento o en el peor de los casos un retroceso y recortes en el presupuesto destinado a investigación y desarrollo. 

¿Qué podemos esperar en México?

México podría ser el país que más resentirá las medidas del gobierno de Trump, desde el principio de su campaña fue el blanco de insultos y ataques. En temas migratorios y comerciales, la industria enfrentará nuevas barreras que deberán ser abordadas con inteligencia y unidad.

Si bien el futuro luce incierto para México, debemos considerarlo como una oportunidad para impulsar el desarrollo de industrias basadas en conocimiento, ciencia y tecnología como nuestra arma para afrontar un entorno económico cambiante. En este sentido, la industria biotecnológica puede surgir como el motor de una nueva economía mexicana, menos dependiente del petróleo y de importaciones, por lo que será necesario generar cohesión entre academia, gobierno e industria para articular el sistema de innovación y detonar el crecimiento de la biotecnología en el país a través de investigación y emprendimiento. 

Conclusión

En comparación con la postura de Clinton y el partido demócrata, el panorama luce ligeramente más alentador en temas regulatorios y de inversión para la agrobiotecnología y biofarmacéutica. En contraste, el sector científico, desde la investigación básica hasta el desarrollo tecnológico, luce severamente amenazado por la ignorancia y actitud anticientífica de Donald Trump y el partido Republicano, además, es probable que medidas proteccionistas o nacionalistas en migración y comercio generen un ambiente hostil para la innovación, lo que jugaría totalmente en contra de la industria biotecnológica; relegando a un segundo plano el temor por el control de precios y estancando su desarrollo.

Ante la incógnita del comportamiento y temperamento de Trump como presidente, es necesario ser cautelosos respecto al futuro de la industria, durante el primer año de su administración podremos observar con mayor claridad el panorama y así definir estrategias pertinentes para afrontar los retos y oportunidades ante el gobierno de Trump y los cambios que traerá para la economía global.  

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